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Orquesta Sinfónica Nacional Checa: Beethoven y Bartók

Sobre el espectáculo

La primera mitad del concierto rinde homenaje a los instrumentos de percusión, mientras que la segunda se centra en una querida pieza clásica. Béla Bartók, célebre compositor, pianista y musicólogo húngaro, fue una figura destacada de la música europea del siglo XX. Falleció exiliado en Estados Unidos en 1945, tras huir de allí en 1940. Música para cuerdas, percusión y celesta fue un encargo específico del director suizo Paul Sacher para el décimo aniversario de su Orquesta de Cámara de Basilea. Bartók expresó su visión de una composición formada por instrumentos de cuerda y percusión, con el añadido de piano, celesta y xilófono, todo ello incorporando intrincados ritmos. El estreno de esta nueva obra maestra tuvo lugar en Basilea el 21 de enero de 1937, y desde entonces ha sido reconocida como una de las obras más significativas del siglo XX.

David Chesky, pianista, compositor, productor musical y editor estadounidense, es un artista polifacético conocido por sus cambios de género y su utilización de las tecnologías modernas. Ha compuesto obras orquestales, piezas para conjuntos de cámara, composiciones para piano solo, óperas y música para ballet, y ha recibido numerosos elogios por sus esfuerzos creativos. Su colección de aproximadamente 20 conciertos para diversos instrumentos se conoce colectivamente como "Conciertos Urbanos". Cada concierto consta de tres movimientos, cuyos títulos reflejan el significado literal de la palabra "movimiento", capturando aspectos del tempo, la energía y los sonidos de la bulliciosa ciudad. En el Concierto para piano nº 3, destaca el papel prominente de los instrumentos de percusión, junto con la incorporación de ritmos latinoamericanos y de jazz.

Las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven constituyen una piedra angular de la historia de la música. Los compositores de generaciones posteriores que pretendieron establecerse en el género sinfónico fueron inevitablemente comparados con Beethoven. La Sinfonía nº 7 en la mayor, Op. 92, fue iniciada por Beethoven en octubre de 1811. Consciente de la progresiva disminución de su capacidad auditiva, acometió con diligencia sus tareas compositivas, trabajando simultáneamente en su Octava Sinfonía. A pesar de las dificultades a las que tuvo que hacer frente en aquella época, como problemas de salud y financieros, desavenencias con su hermano Johann y la enfermedad de su segundo hermano Karl, tanto la Séptima como la Octava Sinfonía destilan un humor alegre y templado. La Sinfonía nº 7 combina el patetismo de la célebre Quinta Sinfonía con la alegría vivaz de la Sexta. Fue el exuberante final, en particular, lo que llevó a Richard Wagner a describir esta Sinfonía en La mayor como la "apoteosis de la danza".

Reparto / Producción

Orquesta Sinfónica Nacional Checa
Steven Mercurio, director
Maxim Lando, piano

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