Ópera Nacional de Estonia: Giselle

Sobre el espectáculo

Michael Pink ha creado una conmovedora y contemporánea adaptación de "Giselle", de Adolphe Adam, basada en la coreografía original de Jean Coralli y Jules Perrot. Combinando coreografía clásica y contemporánea, Michael Pink profundiza en la existencia humana y vuelve a contar una de las historias más románticas de todo el repertorio de ballet.

Pink traslada la famosa historia de amor a una época más moderna, contando la historia de amor, traición, venganza y perdón. "He adelantado el ballet cien años para aumentar la conexión emocional del público con la obra: es una historia clásica para un mundo contemporáneo. Los temas son tan actuales y poderosos como siempre".

La "Giselle" de Michael Pink sitúa la historia en el gueto de los años cuarenta. El cambio de escenario añade otra capa de profundidad. Nos encontramos en Europa, con la Segunda Guerra Mundial hirviendo a nuestro alrededor, y muy pronto los temas de la traición y el perdón adquieren un significado diferente, más oscuro. Como en la historia original, el tema del perdón ocupa un lugar central. Giselle y Albrecht, dos jóvenes de mundos diferentes, encuentran amor y consuelo el uno en el otro en plena guerra. Albrecht traiciona a Giselle. Le pide perdón no sólo como hombre que ha agraviado a una mujer, sino también porque es un hombre demasiado débil para resistir las aplastantes fuerzas de la sociedad y de la clase social y, en este caso, de la guerra. Esta interpretación es tierna, poderosa y hace reflexionar.

La producción no es apta para menores de 14 años.

Ópera Nacional de Estonia

La compañía de la Ópera Nacional de Estonia, fundada en 1870, presenta una amplia gama de óperas, operetas, ballets y musicales.

El propio teatro de la ópera se construyó en 1913 por iniciativa de la sociedad de canto y teatro "Estonia". En aquella época, esta estructura modernista era la más grande de Tallin. Durante la Segunda Guerra Mundial, el teatro quedó destruido. Restaurado en la década de 1950 bajo el régimen soviético, los arquitectos conservaron la fachada original, pero el resto del edificio combina elementos neoclásicos y estalinistas.